jueves, 5 de febrero de 2015

Dulce tentación

Has llenado mis pensamientos
llevandome a tu mundo surreal,
te transformas en dragón,
no porque arrojes fuego,
sino porque has tenido la fuerza para contenerlo
y la inteligencia para saber cuando expulsarlo,
en el momento justo,
administrando las mejores ocasiones.
Has dejado a mi mirada sembrarte besos,
esperando ser cosechados con los labios.
Has permitido que descubra el mapa de tu piel,
para luego quitármelo, perdiendome a propósito,
en todos los rincones que te hacen suspirar.
Has sabido envenenarme con tu lengua en cada beso,
haciendome entender,
por primera vez en la vida,
de qué deseo morir.
Me has incitado a besar tus lunares,
hasta formar constelaciones en tu piel,
regalandome la dicha de tenerte,
como una galaxia entre mis sábanas.
Has demostrado como prueba viviente,
junto con los mejores vinos,
que el tiempo no ha sido tu enemigo,
ha sido tu artesano,
convirtiendote en mi efigie,
el más digno a ser contemplado.
Has logrado ser, en este circo de mi vida,
el trapecio y yo la trapecista,
no me dejes caer, que yo no te voy a soltar.

Tus alas

Ella quería transformarse,
quería ser alguien más,
para volar alto y libre
sin restricciones.













Descubrió que se perdía de mucho,
se asomó y pudo ver los colores,
olvidaba que no debía cambiar
que seguía siendo ella,
olvidaba que no necesitaba ser alguien más
solo precisaba recordar
que siempre ha tenido alas.
Debía afrontar que los grandes cambios
nunca vienen solos,
llegan con una fuerte sacudida,
sin embargo, no es el fin del mundo,
es el inicio de uno nuevo.

martes, 3 de febrero de 2015

¡Huye!


















¡No te acerque más!
Mis buenas intenciones no son para tí,
pretendo darte los besos más indecentes,
quiero tocar las partes más prohibidas,
explorar tus grutas y concavidades,
descubrir tu oscuridad,
quiero construir mi infierno,
quemarte conmigo y arder por tí.
Tu presencia aflora lo peor de mí,
lo turbio que guardo trás la puerta negra,
la sed enorme que no sacia,
el dolor, ardor, picor de la piel,
la sensación de lo prohibido.
Eres el mejor de los pecados,
mis ojos traviesos ya te han desnudado,
tu  piel entregada te traiciona
y se eriza en mi proximidad.
Este instinto perspicaz te ha devorado completo en mis fantasías,
me he ahogado en el licor de tu cuerpo,
derramando cada chispa de ésta voracidad de tí.
¡Aléjate, casi no hay marcha atrás!