miércoles, 28 de enero de 2015

Travesía

Bajé mis velas y anclé,
y ocurrió el cambio,
inundó mis aguas claras,
sumergiendo el puerto,
destrozando todo,
rompiendo amarras,
soplando sobre mis velas,
directo hacia altamar,
capeando temporales a su merced,
regalandome la negra e infinita noche
el cielo con sus tonos cromáticos,
con rosas, amarillos y azules,
me obsequia
los primeros y rasantes rayos de sol,
nacientes sobre olas y brillos dorados.

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